Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La experiencia y el sufrimiento (página 2)




Enviado por Felix Larocca



Partes: 1, 2

La grandeza de ser
‘débiles’
Dr. Félix E.
F. Larocca

Vivimos tiempos en los que muchos políticos e
individuos igualmente marginales, piensan que ser (o mostrarse)
fuertes, competitivos, dinámicos, agresivos, casi
omnipotentes, constituye una garantía de supervivencia y
éxito
social. Para ellos, muy a menudo lo que desemboca en éxito
social se convierte en fuente de satisfacción, parece que
sólo pueden llegar a basar su seguridad y
bienestar emocional en el carácter, la competitividad
y la preeminencia social o económica, que otros,
igualmente necios, les garantizan.

El problema es que actuando según esos
parámetros basamos la construcción de nuestra personalidad
en criterios superficiales, engañosos y de resultados cuya
duración será efímera.

Este craso error tiene consecuencias de una magnitud
equivalente: las consultas de los terapeutas están
repletas de personas aparentemente fuertes, muy competitivas y
bien situadas económica y socialmente que en un momento de
su vida y por razones casi siempre ininteligibles para su
entorno, han hecho un crujido y se han desplomado, porque los
cimientos de esa falsa firmeza se han resquebrajado hasta el
extremo de requerir la intervención urgente de un
especialista en fundamentos. Pues no otra cosa, en el
ámbito del desarrollo
personal, es el psiquiatra.

Frente a esta ficticia seguridad que nos hace vivir
instalados en la mentira y causarnos graves conflictos
personales, la alternativa más eficaz y honesta es la
autenticidad. En otras palabras, enfrentarse a uno mismo en la
desnudez total y con la sinceridad necesaria para reconocer los
propios límites y
vivirlos sin traumas, con madurez, interpretándolos como
lo que son, una parte de nuestra realidad cotidiana. Se trata de
sentir la debilidad como algo tan profundamente humano que supone
una satisfacción comprobar que cuanto más aceptamos
nuestras limitaciones, más humanos somos.

El reconocimiento de nuestra vulnerabilidad tiene dos
dimensiones, una a nivel individual y otra social.

El trabajo hacia
dentro de nosotros mismos

Intentaremos ajustar lo que creemos ser como persona (nuestro
ego ideal) a lo que realmente somos (el ego real). Es un
ejercicio que puede parecer estúpido o innecesario porque
"cada uno se conoce perfectamente a sí mismo".

Nada más lejos de la realidad. No nos conocemos
bien, al menos no lo suficiente. O de tanto mentirnos hemos
acabado creyéndonos distintos de como en realidad somos.
Construimos la imagen que
tenemos de nosotros mismos a partir de esa imagen nuestra que los
demás nos trasmiten, y de nuestras ilusiones,
sueños o proyecciones idealistas, no de nuestra manera
real de ser, de pensar, sentir y actuar.

¿Lástima hacia
mí? ¡NUNCA JAMÁS!

En otras palabras, que somos bien distintos de
cómo nos vemos a nosotros mismos. Una prueba: propongamos
a tres personas sinceras que nos conozcan bien que definan
nuestro carácter, que nos digan, honestamente y sin
pena alguna, cómo somos, cómo nos ven. Es casi
seguro que
esas tres versiones tendrán más en común
entre ellas que con la imagen que tenemos de nosotros mismos.
Ello sucede así porque a la hora de pensarnos, de vernos y
definirnos como personas hilamos muy poco fino, por no decir que
lo hacemos con cuerda de amarrar barcos.

Cuando este acercamiento al ego real se produce (seamos
honestos: para conseguirlo se requiere, además de mucho
esfuerzo, un poco de introspección y un mucho de
sinceridad y capacidad de autocrítica), se descubren esas
debilidades que ya conocíamos, pero que nos costaba
re-conocer y asumir porque, inevitablemente, hacerlo nos impone
sufrimiento o, cuando menos, un reencuentro con lo que menos nos
gusta de nosotros mismos. La mayoría tendemos a pensar que
somos mejores de lo que somos, e incluso quienes transitan
preferentemente por caminos derrotistas o casi autodestructivos
acarreando un concepto
crítico y negativo de sí mismos, sufren cuando
definen explícitamente sus limitaciones y han de asumirlas
tal como son.

Una cosa es decir "me considero más o menos
pesimista", con el barniz estético-ideológico que
lleva impregnada esa afirmación, y otra bien distinta
reconocer como un defecto el hecho de que ante una determinada
situación -problemática o no-, ese pesimismo frena,
o directamente empeora, nuestra capacidad de reacción y de
actuación.

Lo
mejor…

Lo más conveniente, lo realmente saludable, es
que el individuo
reconozca sus limitaciones y las asuma con serenidad y
espíritu de superación, entendiéndolas como
un hecho incontestable y como parte irrenunciable de su
peculiaridad como ser humano imperfecto, y de su propia
historia
personal. De esa manera, puede que lamente haber cometido
errores y experimentado fracasos, pero los integrará en su
trayectoria vital, aprenderá de ellos y no se
avergonzará porque al menos podrá decirse a
sí mismo que ha intentado mejorar la situación.
Entendamos, que cuando estamos ante un determinado problema
analizamos primero la coyuntura y actuamos después con
decisión y empeño, por mucho que el éxito no
corone nuestra actuación nos cabe la satisfacción
de haber tratado de hacer lo posible.

Tratemos de disponer de información que nos permitirá
mejorar en futuras circunstancias y nos ayudará a evitar
la repetición de los errores cometidos. La persona que
actúa de este modo acaba concibiéndose como lo que
es, un ser humano: un mosaico compuesto de piezas de todos los
colores y
texturas que forman un conjunto armónico, aunque algunas
no sean muy adecuadas e incluso resulten contradictorias con el
conjunto. En este ejercicio de la auto-evaluación
de las propias limitaciones se acepta la vulnerabilidad, la
debilidad en algunos apartados como un componente imprescindible
de la propia personalidad, que en ocasiones incluso la enriquece
y la individualiza. Algunas personas maduras, perciben esas
flaquezas o "defectos" como rasgos personales que nos convierten
en seres más humanos, y nos hacen más
accesibles.

Nací sólo, sólo
vivo y sólo moriré…

La tarea hacia los
demás

La otra dimensión, la social, consiste en
conseguir que no nos importe aparecer socialmente como seres
vulnerables, como seres imperfectos y limitados. No se trata, sin
embargo, de ser autocompasivo, de auto inmolarse ante los
demás, de pregonar nuestras miserias o agrandar nuestras
limitaciones — No, eso no. Hemos de medir dónde, ante
quién, cómo y cuáles de nuestras menos
lucidas características personales hemos de exponer. En
nuestro entorno social hay personas que poco nos aportan o a las
que importamos poco y, ¿por qué no decirlo?, otras
que incluso se alegran de nuestros males. Obviamente,
éstas no constituyen el mejor terreno para sincerarnos,
para desnudarnos psicológicamente. Hemos de seleccionar
los ámbitos sociales merecedores de estos actos de
franqueza y de comunicación de nuestras
interioridades.

Por lo visto, en la República Dominicana, si uno
no se desnuda frente a los demás, los demás lo
hacen por uno, dando consejos, aunque éstos no se quieran
¿Por qué estás tan gorda? Dicen unos.
Oí que tu hija está embarazada. Dicen otros — y
así…

Hay muchos ámbitos, como el de nuestros
familiares adultos (con los hijos pequeños la sinceridad
absoluta no siempre es conveniente), amigos íntimos o
compañeros de trabajo con los que mantenemos una
relación estrecha, en los que podemos, si somos
locos, poner en práctica esta exhibición de
nuestro ego más íntimo.

Admitir nuestras debilidades públicamente nos
hace débiles. Seamos parcos para que los demás no
sientan el Schadenfreude a nuestro costo.

El mundo está lleno de falsos líderes,
que, además de equivocar y engañar a los
demás, sufren desempeñando un papel que no es el
suyo.

En
resumen

Al ser que es psicológicamente balanceado, le
corresponde ser discreto y reservado. Porque hay muchos que
confiesan sus "debilidades" para aprovecharse de las nuestras. No
permitamos a ellos el gozo de aplaudir nuestras flaquezas, ya que
este es un lujo que a nadie le toca.

En el mundo ficticio se vive de promesas nunca cumplidas
y de falsas apariencias abultadas. Pero, ¿dónde
está ese mundo ficticio? Está aquí, porque
es el mismo mundo nuestro, donde las mentiras se proyectan y
donde las falsedades reinan soberanas.

Seamos débiles, pero sólo en la medida en
que nuestras debilidades se tornan en fortalezas.

Cerraremos esta lección con otra que la
complementará.

Ser
Proactivo

Dr. Félix E. F. Larocca

Una persona proactiva es aquella que asume sus propias
responsabilidades y no se rinde ante las circunstancias.
Según el psicoanalista Víctor Frankl es
también aquella persona que tiene iniciativa y persigue
metas, en bien de sí mismo y de los
demás.

Factores Contrarios a la
Pro-actividad o Actitudes
Reactivas:

  1. Ser determinista.
  2. Ser fatalista.
  3. Confundir lo común con lo normal.
  4. Gustar del murmurar o chisme.
  5. Siempre justificarse sin admitir los
    errores.
  6. No entrar a la acción.
  7. Hacer las cosas a medias.
  8. Ser resentido.
  9. Ser negativo.
  10. No asumir riesgos o
    responsabilidades.
  11. Siempre tener excusas.
  12. Desperdiciar el tiempo.

Afirmaciones Comunes que nos impiden
ser Proactivos:

  1. Excusas habituales: No me alcanza el tiempo para
    tantas cosas.

    Razones verdaderas: No planifico el tiempo, me dejo
    ganar por la desidia o la dejadez.

  2. No cumplo con los plazos establecidos para la entrega
    de tareas, informes,
    proyectos,
    obligaciones… Porque…

    Excusas habituales: No me dan ganas o no tengo
    dinero
    para hacerlas.

    Razones verdaderas: No me gusta salir de casa o no
    quiero gastar en eso.

  3. No realizo actividades que quisiera hacer (ejercicios,
    leer, viajar, salir, estudiar) porque…

    Excusas habituales: Todo el mundo llega tarde o hay
    mucho tráfico.

    Razones verdaderas: Hay tanto tiempo que no deseo
    llegar temprano o salgo siempre tarde.

  4. Muchas veces llego tarde a los compromisos o citas
    porque…

    Excusas habituales: Nadie lo valora o no tengo las
    condiciones necesarias.

    Razones verdaderas: No quiero esforzarme más
    o no me siento capaz.

  5. A veces no hago las cosas tan bien como podría
    hacerlas porque…

    Excusas habituales: No quiero discutir con ellos o
    no quiero que piensen mal de mí.

    Razones verdaderas: No valoro mis propias opiniones
    o no confío en mí mismo/a.

  6. Aunque no esté de acuerdo, muchas veces hago lo
    que hacen mis amigos, porque…

    Excusas habituales: No quiero que se molesten
    conmigo o no vale la pena decírselos.

    Razones verdaderas: Miedo de que se enojen o a ser
    rechazado.

  7. A veces no les comunico a las personas lo que quisiera
    decirles (sentimientos, opiniones, ideas, pareceres)
    porque…

    Excusas habituales: No creo que sea importante o
    todos hablan.

    Razones verdaderas: Creer que mi opinión no
    es importante o no mostrarme realmente como soy.

  8. Usualmente en los trabajos grupales no doy mi
    opinión porque…
  9. Generalmente dejo las cosas para hacer al
    último momento porque…

Excusas habituales: Hay tiempo de sobra o para
qué me voy a esforzar por gusto.

Razones verdaderas: Me dejo vencer por la
apatía o no tengo voluntad para hacerlas.

Alternativas para ser una Persona
Proactiva:

  1. Buscar soluciones y
    no culpables.
  2. Ser más reflexivo y no responder siempre
    automáticamente.
  3. Reconocer habilidades y
    obstáculos.
  4. No ponerse ni poner excusas.
  5. Orientarse al logro (voy a lograrlo, yo
    puedo…).
  6. Pedir orientación y ayuda cuando se
    necesita.
  7. Buscar alternativas de solución.
  8. Ser positivo (prepararse para lo mejor).
  9. Tener siempre voluntad y motivación en cualquier
    circunstancia.

En resumen

Este último articulito lo preparé para
asistir un grupo de
estudiantes de bachillerato que luchaba con la apatía
"normal" del último año de su carrera y el
comienzo de la carrera universitaria. Todavía, muchas de
las personas quienes lo usaran hacen más de treinta
años, piden copia para el uso de hijos y
nietos.

Bibliografía

Suministrada por solicitud.

 

Dr. Félix E. F. Larocca

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter